En el viaje que realizamos hace ya un par de meses a Sayaxche en el viaje de ida me tocó en el asiento de al lado un “gringo” que es como llaman aquà a los norteamericanos. Durante el viaje (de más de 6 horas) tuvimos tiempo de hablar de un montón de cosas, supe que era un jubilado que tenÃa varios negocios en los Estados Unidos (discotecas y pubs) que vendió para venirse a Guatemala y vivir de lo que habÃa acumulado de sus años trabajando. Hasta aquà todo bien, la cuestión es que a este hombre le apasionaba vivir en Guatemala y, claro, yo tenÃa curiosidad de saber por qué le apasionaba tanto el paÃs. Asà que me empezó a contar.
Resulta que vivÃa en una zona turÃstica en la que estaba rodeado totalmente de compatriotas y turistas, es un rincón al que la realidad de Guatemala nunca llegará, porque no interesa y se prefiere vivir en una especie de realidad alternativa, un universo paralelo de lo que se vive todos los dÃas en Guate. Pero bueno, esto también es válido, recluirse en su mundo y vivir sin preocupaciones. Lo que me asustó fue lo que me dijo después, porque me contó lo que realmente le gustaba de Guatemala y el porqué la habÃa elegido para disfrutar de su jubilación. La corrupción que sufre el paÃs era lo que más le gustaba, me decÃa que estaba emocionado porque podÃa conseguir todo lo que quisiera por una módica cantidad de dinero. PodÃa conseguir protección, favores polÃticos y de todo lo que os podáis imaginar.
Es por personas cómo estas por lo que estos paÃses que tratan de salir adelante siempre se terminan ahogando en sus problemas, que se hacen más fuertes por culpa de los que se aprovechan de las debilidades y defectos que tienen los sistemas que rigen estos paÃses.
Este, al fin y al cabo, era un pobre hombre rico, pero lo preocupante es que existan gobernantes con mucho poder que piensen de la misma forma que él y que se crean que pueden conseguir lo que quieran simplemente con enseñar la bandera de su paÃs.